- Duración: 01h 59 min
- Género: Comedia | Terror | Ciencia ficción
- Título original: Gwoemul
- Año: 2006
- País: Corea del Sur
- Dirección: Bong Joon-ho
- Intérpretes: Song Kang-ho, Byun Hee-bong, Park Hae-il, Doona Bae, Ko Ah-sung, Paul Lazar, Park No-shik
- Guión: Baek Chul-hyun, Bong Joon-ho, Ha Won-jun
- Música: Lee Byung-woo
- Fotografía: Kim Hyung-ku
- Distribuye
en formato doméstico: Notro Films
7/10
Crítica The Host

The Host Seúl bajo el terror del monstruo
El nuevo trabajo
del cineasta coreano Bong Joon-ho se esperaba como agua de
mayo, tras el buen sabor de boca que dejó con Memories of Murder, su segunda película,
un thriller clásico sobre la búsqueda del primer asesino en serie de Corea, que
tuvo mucho que ver en la explosión que vive actualmente el cine de su país,
cada vez mejor valorado a nivel internacional. Joon-ho no defrauda, aunque esta
vez cambia de género, con una película de monstruo gigante que sigue la
tradición de King Kong y
las gigantescas criaturas de aquellas encantadoras películas japonesas de serie
B, como Japón bajo el terror del monstruo, con el
irrepetible Godzilla.
Curiosamente, esta
película es uno de los más sinceros alegatos en defensa de la unidad familiar
que ha dado el cine reciente. De hecho, pocas películas fantásticas o de terror
están protagonizadas por una familia como los Park, bastante excéntricos, y que
tienen sus más y sus menos, pero que en el fondo se adoran. Gang-du Park es un
holgazán, que regenta el negocio familiar, un puesto de chucherías cercano a la
orilla del río Han, en Seúl. Alrededor del chiringuito, se forma una algarabía,
una tarde en la que los paseantes descubren una extraña figura que cuelga de un
puente. Resulta ser un colosal ser que se arroja contra la gente, devorando a
todo el que se pone a su alcance. Gang-du tarda demasiado en darse cuenta de lo
que está ocurriendo y de que su hija deambula por los alrededores. Cuando
intenta reaccionar, es tarde, y Gang-du es testigo del momento en que el
monstruo se lleva a la niña. Intentará rescatarla con ayuda de su padre y sus
estrambóticos hermanos, a pesar de los obstáculos gubernamentales.
Pese a su gran
calidad, el film podría desencantar a algunos espectadores, que guiados por la
errónea promoción de la película, esperen una cinta de terror al estilo
de Tiburón y Alien, títulos que se citan en los
carteles. Como ocurría en la anterior película del director, mezcla con
elegancia varios géneros, pero sobre todo predomina un tono de comedia. Los
numerosos momentos hilarantes no impiden que Joon-ho logre una inusitada
tensión dramática en momentos clave, por ejemplo en la secuencia del rapto de
la niña. Además, el monstruo está mostrado con un inusitado realismo, con la
dificultad añadida de que aparece a plena luz del día, gracias a la
esmerada labor de Weta Workshop, empresa neozelandesa que creó las criaturas
de El Señor de los Anillos, cuyos efectos especiales propician
sustos y secuencias de enorme suspense. La primera aparición, en el río del
ser, pasará sin duda a la historia del cine fantástico. Y lo mejor de todo es
que Joon-ho tiene claro que los efectos son sólo un instrumento que debe quedar
en segundo plano, que lo importante es dirigir bien a sus extraordinarios actores,
y que estos le saquen la máxima humanidad a sus personajes.
Donde brilla
especialmente el director es en sus sutiles críticas al gobierno de su país, y
a la manipulación política. El monstruo al final resulta ser una brillante
excusa para mostrar a los gobernantes más interesados en crear una cortina de
humo, para esconder su ineficacia, que en solucionar realmente el problema. Y
que además, son capaces de tomar decisiones que en lugar de solucionar las
cosas, podrían agravarlas todavía más.
El primo de Godzilla
Las películas de
monstruos más recordadas son aquellas que tienen como villano a criaturas
carismáticas, como King Kong y Godzilla.
Crear un ser a la altura de las circunstancias fue la tarea que asumió Jang
Hee-chul, diseñador del monstruo. Para ello, estuvo visionando numerosos
documentales y libros, en busca de peces y anfibios. Su objetivo era dar con
una criatura que pudiera moverse por tierra y por mar, y que tuviera cuatro
patas y a la vez una cola mortífera. Hee-chul estuvo un año y cuatro meses
componiendo diversos bocetos, y cambiando cosas. Finalmente, supervisó el
trabajo de Weta Workshop, para indicar a los técnicos de efectos especiales
cómo tenía que moverse. “Me siento como un padre al ver nacer a su hijo”,
explica Hee-chul.
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