The Party
·
99 minutos
Crítica decine21.com
7
Desmadre en Hollywood
El guateque es la película más divertida
del tándem Blake Edwards-Peter Sellers. Si alguien lo duda, no tiene
más que acercarse al DVD del film, que viene surtidito de extras. Apostamos
pincho de tortilla y caña a que es incapaz de reprimir más de una carcajada.
La trama no puede ser más sencilla. Hrundi V. Bakshi, el ser más patoso
que existe sobre la faz de la
Tierra , se encuentra en Hollywood, dispuesto a triunfar en la
pantalla. De origen hindú, está trabajando como extra en una cara película
sobre la India
colonial. Después de cargarse el rodaje de la explosión de un fortín, con
pérdidas colosales, es puesto de patitas en la calle, y su nombre entregado a
un productor para ser colocado en una lista bien negra, y así asegurar que no
vuelve a trabajar en la meca del cine. Pero la secretaria, por un error,
considera que es el último nombre que el jefe ha añadido a la lista de
invitados a una fiesta que da en su casa. Así que allá va nuestro hombre, feliz
de haber recibido una invitación, con su perfecta sonrisa de idiota y un fuerte
acento capaz de sacar de quicio a cualquiera. Nada más atravesar el umbral de
la puerta, Hrundi encadena meteduras de pata una tras otra.
La película se rodó a partir de un guión de apenas 60 páginas, y
el planteamiento se aproxima a las viejas películas de cine mudo, y
concretamente al slapstick: el diálogo es el estrictamente necesario, y en
cambio tiene muchísima importancia la fisicidad y lo visual. Valgan como botón
de muestra los momentos de la pérdida del zapato de Hrundi, y sus denodados
esfuerzos por recuperarlo, o el desastre que organiza en el cuarto de baño, con
ese rollo de papel higiénico que no acaba nunca de desenrollarse. Edwards y
Sellers jugaron mucho a la improvisación, con feliz fortuna. Para el film
desarrollaron un sistema que ahora es de uso común en los rodajes: el combo, un
sistema de grabación de vídeo unido a la cámara, que permite hacerse una idea
de cómo quedará la escena en el celuloide. Gracias a su uso, se consiguió una
perfecta sincronización interna de los gags, lo que hace que 48 años después
del rodaje sigamos riendo con escenas apoteósicas, como la del elefante.
Un merecido premio
En 2004 Blake Edwards recibió un Oscar honorífico a toda su
carrera. Aunque parezca mentira el director de la saga de La Pantera Rosa, Desayuno con diamantes, Días de vino y rosas (estas dos últimas tienen post en el blog) o El guateque no
tenía ni una estatuilla en su haber. Para ser preciso, su única nominación fue
por el guión de Víctor o Victoria en
1983.
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