La fille de Brest
Todos (c)
128 minutos
País: Francia
Dirección: Emmanuelle Bercot
Intérpretes: Sidse Babett Knudsen, Benoît Magimel, Charlotte Laemmel, Isabelle de Hertogh, Lara Neumann, Patrick Ligardes, Olivier Pasquier, Philippe Uchan, Gustave Kervern, Violaine Gillibert, Pablo Pauly
Argumento: Irène Frachon (libro "Mediator 150 mg:
Combien de morts?")
Fotografía: Guillaume Schiffman
Distribuye en cine: Caramel Films
Distribuye en DVD: Cameo
SINOPSIS
En el hospital de Brest (Francia), la
neumóloga Irène Frachon descubre una conexión directa entre una serie de
sospechosas muertes y un medicamento aprobado por el estado. Comenzará
entonces una solitaria lucha por descubrir la verdadera naturaleza del fármaco.
Crítica decine21.com
por José María Aresté
6
Ojito con tomar Mediator
La doctora de Brest parte de unos hechos
acaecidos en Francia en 2007 y sacados a la luz por la neumóloga Irène Frachon, quien relacionó la
muerte de varios pacientes que padecían dolencias cardíacas con Mediator, un
fármaco que se solía recetar a diabéticos, y que era recetado a muchos
pacientes para perder peso.
Emmanuelle Bercot, actriz que tiene también
una amplia trayectoria tras la cámara como guionista y directora, acomete este
film con rigor documental, con modos clásicos, a ratos algo convencionales,
pero que funcionan la mayor parte del tiempo. Y sigue una estructura típica,
donde la protagonista se movería al estilo del bíblico David, luchando contra
un gigantesco e invencible Goliat, que estaría conformado por un todopoderoso
laboratorio farmacéutico, arropado por el mundo académico y regulatorio. Éstos
no atenderían las razones de esta provinciana chica de Brest, una pequeña
población de la Bretaña ,
a pesar del rigor del equipo que va reuniendo poco a poco pruebas sobre los
problemas de Mediator.
Protagoniza la correcta película una actriz con carácter que va a
más, desde que llamó la atención como primera ministra danesa en la serie Borgen. Sidse Babett Knudsen sabe imprimir una fuerte
personalidad a su Irène, mujer resolutiva e impaciente, pero humana, que
necesita el apoyo de su familia, su esposo y sus cuatro hijos, y el de muchos
profesionales –el médico investigador buena persona pero más débil, los otros
médicos, la mujer del comité, el Papá Noel de la Seguridad Social ,
el editor, la periodista...– para no cejar en lo que considera una tarea irrenunciable,
ponerse del lado de los pacientes y denunciar los abusos.
Una vez más, los franceses nos demuestran que saben hacer cine del bueno. Esta es una excelente prueba de ello. Las flores no surgen solas: el gobierno francés apoya ampliamente las escuelas dramáticas. Formar a profesionales que sepan interpretar, dirigir y hacer guiones buenos cuesta dinero, quizá más que romper coches en una persecución por las calles de Nueva York. Digo.
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