K-19: The Widowmaker
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Intérpretes: Harrison Ford, Liam Neeson, Peter Sarsgaard, Christian Camargo, Roman Podhora, Peter Stebbings, James Ginty
Contenidos (de 0 a 4 ¿qué es esto?)
Acción 3 | Amor 2 | Lágrimas 1 | Risas 0 | Sexo 0 | Violencia 1
Crítica decine21.com
6
Secretos de la Guerra Fría
A sus años, Harrison Ford ya no está para muchos
trotes. Por eso es motivo de alegría que decida contrarrestar su falta de
fuelle físico con un papel dramático de altísima definición. Da vida al capitán
ruso Alexei Vostrikov, un hombre con voluntad de hierro al que el alto mando soviético
encomienda el mando de su mejor submarino, el K-19. Sustituirá en el cargo al
prestigioso capitán Mikhail Polenin (Liam Neeson), relevado por su tardanza en
poner a punto la embarcación. El K-19, la mejor máquina de la Armada Soviética,
es un arma nuclear de enorme potencia que se prepara para realizar su viaje
inaugural.
Sin embargo, lo que había de ser motivo de celebración pronto se
convierte en una peligrosa misión que puede llegar a ser catastrófica. A las
desavenencias entre Vostrikov y Polenin, que tiene a su lado a la tripulación,
se une una fuga en el mecanismo de refrigeración del reactor nuclear. Un
recalentamiento excesivo llevará a una explosión de dimensiones inimaginables,
que puede significar en cuestión de horas el comienzo de una guerra nuclear.
La catástrofe del K-19 está basada en hechos reales que acaecieron
en aguas cercanas a Estados Unidos durante el verano de 1961 y que han
permanecido en secreto durante más de 30 años. La directora Kathryn Bigelow logra una película de
consistencia asombrosa, asentada en una magnífica dirección de actores, los
cuales componen personajes verosímiles de gran magnetismo.
Tanto Ford como Neeson están inconmensurables. No es ésta una
película de acción, ni siquiera un atípico thriller bélico, sino un intenso
drama donde los conflictos personales consiguen por sí mismos acaparar la
tensión que reina durante las dos horas largas de metraje. Hay diálogo, mucho
diálogo, y heroísmo, miedo, incertidumbre. Y se pasa mal, entendámonos,
“viviendo” dentro de las estrecheces del submarino, sufriendo con el destino de
unos jóvenes que pasaron a engrosar la lista de héroes anónimos de la Guerra
Fría.
El verdadero desastre
Poco a poco los secretos de la lucha por la hegemonía
armamentística de las dos superpotencias mundiales durante la Guerra Fría
comienzan a ver la luz. El K-19 es consecuencia de esa carrera por doblegar al
enemigo americano. El submarino tenía una longitud de más de 400 pies y pesaba más de
4.000 toneladas y llevaba en sus entrañas un sofisticado reactor nuclear. El
problema fue que en pro de la potencia, los límites de seguridad se descuidaron
y eso provocó la fuga en la ventilación del reactor. La reparación tuvo
terribles consecuencias: allí mismo murieron 7 marineros, tras una horrible
agonía. En cuestión de días hubo ocho muertos, y 22 en los dos años siguientes.
El barco fue retirado del servicio en 1991.
La opinión de los supervivientes
“La cineasta norteamericana nos había prometido
presentarnos como héroes, pero da de nosotros una imagen de alcohólicos y
analfabetos”. Son palabras de Yuri Mujin, de 71 años de edad, capitán de
corbeta retirado que formaba parte de la tripulación del submarino K-19. Tras
leer el guión facilitado por la Bigelow, Mujin no quedó nada contento con la
imagen de la tripulación. Según él, los caracteres de los personajes eran un
insulto y nada tenían que ver con la realidad: “No son marinos rusos quienes
son representados en esa película, sino piratas. Fue el primer submarino
nuclear y la tripulación estaba compuesta de profesionales de altísimo nivel y
no de maleantes”. El veterano militar reprocha también los diálogos, “llenos de
palabrotas”, y escenas “innobles e irreales” como la de un oficial bebiendo a
escondidas. “Antes de hacer la menor maniobra los marinos se beben dos vasos de
vodka, y cuando suena la señal de alarma, un marino se pone a consultar frenéticamente
su manual de instrucciones como si lo leyera por vez primera”, señala Mujin. Se
ve que nunca llueve al gusto de todos. Pero… así es Hollywood.
Vostrikov y Polenin
Llama la atención la minuciosidad con que está descritos
los personajes en el guión, y la elección de dos excelentes actores, Harrison Ford y Liam
Neeson, como protagonistas. Interpretan a dos capitanes completamente
opuestos. Alexei Vostrikov (Ford) es un patriota por encima de todo, que
pretende salvaguardar los intereses de la URSS. Por contra, Mikhail Polenin
(Neeson) antepone la seguridad de sus hombres por encima de cualquier otra
consideración.
Valores universales
En Estados Unidos, chocó que a Harrison Ford le diera por interpretar a
un oficial del ejército soviético. Durante su visita a Madrid para promocionar
la cinta, el veterano actor minimizó el riesgo de disgustar a sus compatriotas.
"El público americano está preparado para reconocer que en esta historia
lo que está en juego son los valores universales". Reconoció que era una
película más arriesgada que otros de sus trabajos, pero aceptó rodarla porque
le cautivó la idea de que un "puñado de hombres anónimos fue capaz de
cambiar la Historia. Me parecía interesante profundizar en sus
motivaciones".
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