El 11 de septiembre de 2001, dos
aviones de pasajeros se estrellan contra las Torres Gemelas del complejo World
Trade Center de Nueva York. Dos policías, el sargento John McLoughlin (Nicolas Cage) y Will Jimeno (Michael Peña) intentarán ayudar a las personas
afectadas por la tragedia
DIRECTOR: Oliver Stone
GUIÓN:
Andrea Berloff (Historia: John McLoughlin, Donna
McLoughlin, William Jimeno, Allison Jimeno)
MÚSICA: Craig Armstrong
RESTO DEL REPARTO: Maria Bello, Maggie Gyllenhaal, Jude Ciccolella, Stephen Dorff,Armando Riesco, Jay Hernandez, Michael Shannon, Donna Murphy, Nicholas Turturro
FOTOGRAFÍA: Seamus McGarvey
DURACIÓN: 125 minutos
CRÍTICAS:
Crítica decine21.com
6
A varios metros bajo tierra
A
nadie le cabe la menor duda de que los sucesos acaecidos
el 11 de septiembre de 2001
conforman de modo indeleble las primeras líneas de la Historia del siglo XXI.
El film que nos ocupa, para escándalo de los seguidores del Oliver Stone más polémico, no
trata de hacer sesudas lecturas acerca de lo que significó lo ocurrido en tal
día. Simplemente, y no es poco, toma ese marco para contar el drama muy
personal de dos policías que quedaron enterrados bajos los escombros de una de
las Torres Gemelas. John McLoughlin y Will Jimeno habían acudido allí con
intención de ayudar a las personas atrapadas en el atentado. Pero poco pudieron
hacer, excepto sobrevivir. Con precisión de entomólogo Stone, que se pliega a
pies juntillas al guión de Andrea Berloff, describe la
angustia de la pareja de policías y de sus familias, que aguardan noticias en
el exterior. Y apunta cómo la fe y el recuerdo de sus seres queridos se
convirtieron en fuerte acicate para resistir.
El film tiene un fuerte sabor
clásico, y muestra las diversas caras del heroísmo, sin dar pie a cinismos
baratos o a discursos políticos que no venían al caso. La única licencia que se
permite Stone en este sentido es la del personaje del tenaz marine que rebusca
entre las ruinas, del que se señala su afán de vengar la afrenta sufrida por
Estados Unidos, que cumplió alistándose para ir a Irak. Aparte de esta
reacción, muy humana al fin y al cabo, tenemos una historia cuyo final
conocemos, bien narrada, con interesantes tipos humanos. Destaca por supuesto
la pareja de Nicolas Cage (que
en el film recuerda a James Stewart, al igual que Kevin Costner parecía un primo
lejano de Gary Cooper en JFK)
y Michael Peña,
mientras Maria Bello y Maggie Gyllenhaalcumplen encarnando
a sus sufrientes esposas. Aunque se diría que el director se encuentra menos
suelto que en otras ocasiones, todo el arranque de la película, con la idea de
la sombra maligna de uno de los aviones y el desplome de las Torres, es más que
notable.
Atrapados
La película de Oliver
Stone logra conjugar un ritmo trepidante, con escenas de
innegable dinamismo, con dos escenarios donde lo que domina es precisamente lo
contrario: la parálisis y la sensación de impotencia. Por un lado, tenemos a
los policías John McLoughlin y Will Jimeno atrapados entre los escombros, sin
poder moverse ni hacer nada para ponerse a salvo. Y aunque con mayor capacidad
de movimiento, en el fondo sus esposas y familiares en el exterior se
encuentran en idéntica posición: ignoran si John y Will están vivos o muertos,
y no pueden hacer nada para ayudarles; reunidos en las salas de estar de sus
hogares, pendientes del teléfono y la televisión, lo único que está en su mano
es rezar por el feliz regreso.
Rodando en la oscuridad
El film se basa en hechos reales, y
eso significa que Oliver
Stone y su director de fotografía, Seamus
McGarvey, no podían permitirse muchas fantasías a la hora de diseñar
el aspecto de las imágenes (la única concesión al respecto son las escenas
oníricas de Michael Peña rezando a Jesús,
que mantienen su esperanza). Así, apostaron por una aproximación sobria, y
citan expresamente como influencias estilísticas, lo que tal vez sorprenda, a
Carl Th. Dreyer y Robert
Bresson. Para las escenas iniciales en que Nueva York despierta,
McGarvey se fijó en Last Year in Vietnam,
un corto estudiantil de Stone, que empieza justamente con la Gran Manzana
amaneciendo.
Un desafío especial supuso rodar las
escenas en los escombros, necesariamente oscuras, donde la única luz
justificada era la que se colaba entre el material derruido, y la producida por
los incendios y los reflejos. Por si fuera poco el desafío, los rostros, piel y
ropa de Nicolas Cage y Michael Peña
estaban cubiertos de polvo y cenizas mates, lo que no facilitaba la
iluminación. Así que hicieron muchos tests con diferente luz y exposición con
el negativo; aquello tenía que ser muy oscuro, y al mismo tiempo, que
permitiera distinguir el lugar.
La conversación
Cuando John McLoughlin y Will Jimeno
quedan atrapados al vernirse abajo la primera de las Torres Gemelas, tienen por
delante varias horas antes de que sean rescatados o mueran faltos de agua y
alimentos, y sin la necesaria atención médica. Alejados varios metros el uno
del otro, es importante que se mantengan despiertos, cara a que alguien
localice su posición y les salve. Se produce entonces entre ellos una
conversación, en la que tal vez por primera vez llegan a conocerse de veras.
Trabajaban en el mismo sitio, la Policía Portuaria, pero el hecho es que poco
sabían el uno del otro, inmersos en la rutina de cada día, yendo cada uno a lo
suyo. Unidos por la adversidad, intercambiarán información acerca de sus
familias (el primero, casado, tiene cuatro hijos; el otro también vive en feliz
matrimonio, y su mujer está esperando el segundo niño de ambos), el comienzo de
una hermosa amistad.
Héroes de carne y hueso
Lo héroes del film son gente
corriente y reconocible. "Will y yo nos sentimos en deuda con los hombres
que perdimos aquel día", dice John McLoughlin, sargentp de la Autoridad
Portuaria de la Policía. "Ahora tenemos oportunidad de hablar de todos los
hombres que se sacrificaron entonces. No dudo de que el deseo de los cineastas
era honrar la memoria de los que murieron. John y yo somos hombres prácticos,
americanos normales y corrientes", dice Jimeno, "pero muchos
americanos normales y corrientes dieron lo mejor de sí aquel día. Es un honor
representarlos".
"Cuando leí el guión, pensé: 'No
es posible que exista una persona como Will Jimeno'", explica Michael
Peña. "Hay una frase en la que dice que siempre había querido
ser poli, pero pensé que era un lugar común. Cuando le conocí, una de las
primeras cosas que me dijo fue: 'Oye, créeme, siempre quise ser poli, nunca
quise ser otra cosa'. Es auténtico. Hablé con su familia, sus amigos, las personas
que le salvaron, y todos sin excepción dicen que es capaz de pasar por trances
terribles y encontrar un rayo de humor. Incluso en los momentos más difíciles
consiguió mantener su espíritu positivo".
Stone a la defensiva
Tan identificado está Oliver
Stone con sus puntos de vista políticos, que el cineasta se ha
visto en la necesidad de autojustificarse por haber rodado el film que nos
ocupa: "Mucha gente, la mayor parte, piensa que soy un chiflado de
izquierdas. Y cuando oyeron que iba a dirigir esta película, todas las campanas
y señales de alarma empezaron a sonar. '¿Qué agenda política incorporará a esta
película?' Y mi respuesta es: 'Esto es América. Todos los ciudadanos, y yo soy
uno de ellos, tienen derecho a expresarse y decir lo que quieran. El hecho es
que, entre película y película, mis comentarios políticos son recogidos y
amplificados por los medios. Pero éstos no tienen nada que ver con la forma en
que dirijo una película. Desafío a cualquiera a ver JFK y
encuentre algo que remotamente permite señalar el film como como una película
con agenda política. No tomo partido. Simplemente ocurre que muchas de las
historias que me atraen, la mayoría, de hecho, se basan en personas y sucesos
reales".
Maria Bello y el 11-S
Una de las protagonistas, Maria
Bello, estuvo involucrada en los sucesos del 11-S. La actriz estaba
alojada con sus padres en un hotel neoyorquino, cuando se enteraron de que se
requerían enfermeras. "Mi madre es enfermera, y me fui con ella al
hospital de Sain Vincent, donde pasamos todo el día", recuerda. Pero no
llevaron pacientes, pues por desgracia hubo pocos supervivientes.
OTRAS CRÍTICAS:
Un drama visualmente esplendoroso y de amplia emoción, aunque a ratos forzado. (A. O. Scott: The New York Times)
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Conmovedor tributo de Oliver Stone a aquellos que cumplieron con su misión el 11S. (Ty Burr: Boston Globe)
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Sombría, personal, patriótica y respetuosa con el tema hasta el punto de resultar tediosa. Puntuación: *** (sobre 5). (Paul Arendt: BBC News)
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Oliver Stone naufraga en su complaciente crónica del 11-S. (...) sensiblero, convencional y burdamente apologético, una especie de 'Estrenos TV'. (Carlos Boyero: Diario El Mundo)
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Demasiado escombro. El arranque y las primeras escenas son impresionantes (...) se derrumban las torres, y se derrumban muchas de las posibilidades de la película. Puntuación: ** (sobre 5). (E. Rodríguez Marchante: Diario ABC)
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Patriotismo indigesto. (...) una mala película: carente de un guión plausible (...) echa mano de cualquier resorte para provocar el llanto fácil. (M. Torreiro)
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Un panfleto nada inocente dirigido a legitimar a posteriori la política vengativa de Bush. Lo mejor: Los primeros minutos, lo peor: El inquietante desequilibrio mental que se desprende de esta paranoica colección de despropósitos. (Alberto Bermejo: Diario El Mundo)
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